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Cuenta hasta 10 cuando te enojes con tu perro

Con niños pequeños y con perros, hay que tener paciencia reforzada, una actitud zen todo el tiempo, y respirar, respirar profundamente.

Y mi paciencia acaba de ser puesta a prueba, y siempre he dicho que es muy fácil tener una gran manada, pero el día de hoy mi paciencia se fue al límite, y entre ladridos, mordidas, perros traviesos molestando a los otros miembros de la manada, corriendo, saltando, saliéndose a la calle, queriéndose ir con otras personas y destruyendo el jardín, hoy pude comprobar que la paciencia, cuando se habla de mascotas y niños, es algo que puede escasear, y para esos momentos, de crisis en los que tienes que reaccionar rápido y reaccionar bien al ruido y al estrés, descubrí la importancia de respirar profundamente y contar hasta 10.

Realmente estaba muy enojada, mucho, tanto como para ponerme firme, gritarle en público a esos perros malcriados que se calmaran y andar repartiendo nalgadas bien puestas a todos los caninos que se estaban portando mal.

De verdad estaba muy molesta, como nunca antes lo había estado con mis perros, que normalmente son una fuente de diversión e inspiración, risas incluso cuando se portan mal, pero este día, estaba al borde del colapso, me estaba saltando una vena y estaba a punto de convertirme en un terrible monstruo con regaños, gritos y nalgadas para quien se me pusiera en frente.

Si bien sigo muy estresada por esos momentos de ladridos y mal comportamiento canino, ya estoy más relajada y estoy respirando, porque no puedo olvidar que son animales y a veces, como hoy, se van a salir de control.

Lo que uno debe hacer cuando eso sucede, es respirar, no hay nada mejor que respirar y contar hasta 10, para tratar de controlar el enojo y dirigirlo de una manera adecuada.

Porque, sobre todo, en momentos de crisis, cuando todo sale mal, un perro se te escapa, el otro está mordiendo sin parar al más tranquilo, mientras otro perro está haciendo popo, y el otro está destruyendo las cosas, lo que debes hacer es respirar para recuperar el control y poder pensar cómo vas a solucionar ese montón de problemas.

Además, finalmente es tu perro, tu mejor amigo, y lo menos que puedes hacer por él, es aceptar cuando tiene sus 5 minutos de locura en modo insoportable.
Lo mejor, en vez de estallar y lastimarlo, es ponerte serio, enérgico, recuperar el control y si es necesario gritar “no” para corregir ese terrible comportamiento.