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El momento en el que supe que amaba a mi perro

Hay momentos en la vida que nos definen, momentos únicos que nos dejan sin aliento, que nos marcan y nos hacen entender que ese tiempo, ese efímero momento pasará a la historia como algo memorable que nunca en la vida se olvidará, y esos momentos terminan siendo muy especiales para una persona, ya sabes, algo así como el primer beso, la primera vez que supiste que eras un adulto, en fin, hay momentos de esos que son épicos.

Para mi uno de esos momentos importantes de la vida, fue cuando me enamore de mis perros, obvio, en un sentido de amor ideal, un amor puro, un cariño noble que nos unió.

Con cada uno de mis perros he pasado por ese momento único en la vida, en el cual algo mágico y extraordinario sucede y nos unimos, con todos mis 7 perros he pasado ese momento, claro, en diferentes tiempos, pero cada uno de ellos se ha unido a mí por un momento de vida.

Pero hay un momento especial que valoro mucho y fue cuando hice ese click con Klaus, uno de los cachorros, obvio, a todos los quiero e insisto, he tenido ese click con todos, pero con Klaus fue bastante especial y nos hicimos amigos de por vida, muy cercanos y los mejores amigos jamás antes visto, por culpa de un chícharo.

Sí, el momento en el que supe que Klaus y yo seríamos los mejores amigos y nos querríamos de ahí en adelante y seriamos tan unidos, tanto que vamos a todos lados juntos y dormiría todas las tardes junto a mí, mientras trabajo, fue por culpa de un pequeño chícharo.

La historia se remonta unos meses atrás, cuando Klaus era un pequeño cachorro de unos cuantos meses de edad, juguetón, travieso e intrépido, un mal día se me ocurrió darle picadillo, si, le invité un platito de picadillo a mi perrito, la verdad es que lo hice inocentemente, pues era carne y verduras y él quería probar.

Lo que no me imaginaba es que esa comida le caería como bomba, y un chorrillo explosivo, dolor de estómago y una muy mala tarde, harían sentir tan mal a mi pobre Klaus, así que lo llevamos al vet, y en la radiografía salió ese chícharo que le estaba haciendo mal a su pancita, así que con medicamentos y mucha atención en casa, nos llevamos a Klaus y él y yo nos quedamos juntos, mientras lo abrazaba, lo cuidada y le decía que todo estaría bien, en ese momento yo y Klaus supinos que seríamos mejores amigos de por vida.

Y todo comenzó con un chícharo, es raro, pero así sucede en la vida, con las personas y otros amores o amistades y hay momentos, en los que sabes que tú destino se ha unido al de otra persona, en este caso, el de un perro.