Adiestramiento de perros: reglas básicas

  • El buen humor, el sentido lúdico, la perseverancia, el afecto entre el instructor y su perro conforman el verdadero entramado sobre el que se asiente una educación eficaz.
  • El adiestramiento nunca debe ser un martirio, una tortura, una obligación, ni para el perro ni para el instructor, si se desea realizarlo con éxito.
  • Un perro sometido a un adiestramiento excesivamente duro se repliega sobre sí mismo y acrecienta su resistencia, dominar una voluntad por la fuerza es lograr un triunfo momentáneo pero nunca definitivo.
  • Si un perro se esfuerza por participar en el adiestramiento es para complacer a su amo, para ser más querido y mejor tratado por él.
  • El adiestramiento es enseñanza, no doma.
  • Los perros no comprenden las palabras que se les dirigen, pero comprenden de modo global el sentido del discurso a través de la actitud y, sobre todo, del tono de voz.
  • Es de vital importancia que el adiestrador aprenda a dominar su voz para impartir las órdenes adecuadas.
  • En la 1era etapa del adiestramiento, lo que se pretende es que el perro aprenda a comprender la asociación existente entre la orden impartida y su ejecución.
  • Adiestrar a un perro no es una tarea sencilla, en la que sólo basta disponer de tiempo y buena voluntad, también es cuestión de inteligencia.
  • Además del tono de voz y la paciencia para dar al perro su propio tiempo de aprendizaje, la periodicidad también es importante.