¿Cómo evitar los celos entre mis perros?

Siempre que se habla de celos inmediatamente se piensa en una falta de seguridad de la persona que los padece y que en ocasiones produce obsesiones, a tal grado que se llega a considerar como una enfermedad.

Sin embargo estas reacciones pueden estar presentes en el caso de los perros y de los gatos, y nosotros por asociación de ideas las definimos como celos y no son necesariamente porque nuestros amigos se sientan inseguros de si mismos. Pero aquí se puede ver que llamamos celos cuando por ejemplo, llega el novio o la novia a la casa y a nuestra mascota la corremos del lugar que tanto le gusta, en el que siempre se le había permitido estar; siempre que él o ella llega la quitan del lugar en el mejor de los casos, cuando no lo sacan al jardín o lo encierran.

Lo que pasa aquí es que las mascotas empiezan a relacionar la llegada de esta persona con la pérdida de confort y pueden llegar a mostrar molestia en contra de esta persona o en contra de la persona que está quitándole un derecho que antes tenía, y la forma en que la muestra puede ser muy variada y dependerá de si se trata de un perro o un gato, ya que las reacciones son diferentes.

En el caso de los perros de carácter más sumiso y que se adaptan con mayor facilidad pero que no dejan de sentir esa separación, pueden llegar a resistirse a dejar el lugar y en ocasiones ladrarle o hasta gruñirle a la persona con la que relacionan la acción de pérdida de su lugar, y también pueden tomar la decisión de reconocer algún objeto del propietario, como puede ser un zapato o alguna pertenencia, y morderlo para demostrar su molestia.

En ellos los celos son temporales y puede ser que nunca los presenten, pero en caso de hacerlo es más fácil su corrección al cambiarle ese momento por alguna distracción como sería comer o jugar unos minutos con él en el jardín o sacarlo a dar una vuelta. Esto será suficiente para que nuestro amigo acepte el trato de la distracción a cambio del lugar que le gusta por un tiempo y que posteriormente pudiera llegar a ser permanente. Sería además una forma en la cual al mismo tiempo que evitamos la presencia de celos se educa al perro a no subirse a los muebles.

En el caso de los gatos, ellos son muy territoriales por lo que será importante desde un principio determinar cuáles serán los lugares en los que sí pueden estar y cuáles son los lugares a los que no tendrán acceso. Pero si fuera el caso en que por cualquier razón también tengan que ser desplazados de un lugar, si ellos no se sienten a gusto lo más seguro es que vayan a empezar a hacer travesuras para llamar la atención.

Debemos conocer a nuestro gato y podremos determinar la manera en la cual se puede controlar esto que llamamos celos ya sea por la vía de la indiferencia, en donde no nos importe que esté tirando tal vez algún adorno o posiblemente realizando sus necesidades fuera del arenero, o tomar la opción de jugar con él por un momento, tal vez con una pelotita o acariciándolo y llevándolo a otro lugar que también le sea permitido para que pueda seguir realizando la actividad que estuviera haciendo en ese momento.

Siempre será importante determinar cuál es el factor que puede llegar a estar produciendo esta inconformidad en nuestras mascotas.

Muchas veces cuando hemos vivido en pareja y durante mucho tiempo sólo hemos convivido con nuestra mascota y llega un nuevo miembro a casa, que puede ser un bebé o también otra mascota para hacerse compañía, pueden presentar en un inicio algunas reacciones muy similares a las descritas pero también puede llegar a tomar una actitud de dominancia. Siempre será importante darle a nuestra mascota el espacio en que podrá desplazarse y enseñarle cuáles serán los lugares a los que no se le permitirá el acceso. Generalmente cuando esto se hace desde el momento mismo del conocimiento de la llegada de un bebé, tanto perros como gatos comprenden que esos lugares estarán prohibidos para ellos al menos durante un tiempo ya que posteriormente pudiera existir la posibilidad de permitírseles ingresar a esos lugares bajo la supervisión o con la autorización de los amos.

Por MC MVZ Gerardo Garza Malacara

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