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Cada cuando debo cambiar la arena de mi gato

En la actualidad, hay muchos gatos que se han convertido en mascotas únicamente de interior, esto quiere decir que, sus dueños, no permiten que salgan solos nunca; es más, hay quienes no permiten o acostumbran que sus gatos salgan nunca a la calle, esto hace que el arenero del gato, sea una de las partes más importante de su cuidado, un lugar que permite al gato hacer sus necesidades, pero sobre todo, este es un espacio que permite a esta mascota entender dónde debe hacer sus evacuaciones para tener la casa limpia.

En pocas palabras el arenero de un gato, es muy importante no solo para ti o la limpieza de tu casa, también lo es para tu gato, por esto es vital tenerlo limpio y cambiar de forma regular la arena, pero, ¿cada cuándo debe cambiarse la arena?

Cada cuando debo cambiar la arena de mi gato

Cuando hablamos del manejo correcto de un arenero, hay que saber que hay que, hay un par de cosas que son claves, y, además de cambiar la arena, también hay que saber que se debe reemplazar la caja.

Aunque hay que saber que, hay otras cosas que pueden afectar el tiempo con el cual debes cambiar la arena, y cosas como el tamaño del arenero o la calidad de la arena. Hablando de arenas no aglomerantes, se indica que se cambie dos veces por semana, y en el caso de arenas aglomerantes, se pueden cambiar hasta una vez al mes.

Pero eso sí, debes tener en mente que las heces del gato deben recogerse idealmente, cuando el gato termina, o en su defecto, cuando te des cuenta. Otra cosa que debes tener en mente es que el cambio de la arena, también dependerá de cuantos gatos tengas en casa, siendo un buen indicador para saber cuándo es tiempo de reemplazar la arena, es el olor que esta desprende.

Hablando de la caja y la pala se recomienda cambiarse una vez al año.

Esto es, porque estas cajas, y también las palas, suelen hacerse de plástico, y con el tiempo y el uso, especialmente la caja, se pueden dañar, lo que además de filtraciones en la superficie donde se encuentra, también puede afectar al gato y que ya no quiera usarla.

Además, las cajas con el tiempo, sobre todo las que no se lavan, pueden albergar bacterias y la orina puede hacer que despida un mal olor, lo que también hará que el gato no la quiera usar.