Perros

Cómo cuidar la piel de mi mascota

La piel y el pelaje de los perros y de los gatos debe mantenerse siempre saludable. Para ello, debes ir más allá de lo estético, cuidar de su higiene y de su salud, especialmente si viven dentro de tu casa. Algunas razas tienden a padecer más problemas de la piel que otras. El grosor y la cantidad de pelo pueden variar dependiendo de la raza y del área del cuerpo donde éste se encuentre. Se considera que la piel de los gatos es más fina que la de los perros, aunque las mascotas con pelaje largo o sin pelo son las que necesitan cuidados más específicos.

En general, la piel de tu mascota debe ser fuerte, resistente y sin caspa. Algunos cuidados básicos para la piel de los gatos son acostumbrarlos a cepillarlos regularmente una o dos veces por semana desde que son pequeños, utilizando peines especializados para su tipo de pelo. Además de mostrarles cariño, los desenredarás y evitarás que el pelo se caiga, previniendo la regurgitación causada por las bolas de pelo. Acicalar su pelo es una actividad común en ellos, por lo cual no debes impedir que lo hagan, ya que además de limpiarse, se distribuyen aceites esenciales para la salud de su piel. Si notas que deja de hacerlo, o si su pelo se ve sucio o enmarañado, o bien, si al mudar de pelo, éste no vuelve a crecer, podría estar estresado o tener alguna enfermedad.

En el caso de las razas de perros de pelo corto, se recomienda cepillarlas al menos tres veces por semana, y diariamente si es largo.

Puedes acostumbrar a tu gato a bañarse con agua tibia desde pequeño, sólo cuando sea necesario para que no le genere mucho estrés; y a tu perro cada 20 a 30 días y hasta cada tres meses. Bañarlo en exceso puede afectar su piel resecándola; y recuerda utilizar productos especiales para ellos, que no alteren su piel ni su PH. Se recomienda peinarlo primero para estimular su dermis y remover todo el pelo suelto para que bañarlo sea más sencillo; retirar el shampoo completamente para no causar irritaciones, y secarlo bien.

Es correcto exponer a tu mascota a la luz solar, pero con moderación. La piel es la responsable de activar la vitamina D recibida por el sol. Su nariz debe estar siempre hidratada, no seca.

Examina a tu mascota regularmente, observa si tira pelo, si tiene granitos, si su piel está reseca, áspera, enrojecida o manchada, o si se lame o rasca constantemente. Podría tener inflamaciones, irritaciones o infecciones causadas por alergias, parásitos como pulgas o garrapatas, picaduras de insectos, o desequilibrios hormonales. El comúnmente llamado “olor a perro” está asociado a infecciones en oídos o dientes, seborrea o glándulas perianales. Tanto los perros como los gatos deben tomar abundante agua para que la piel se mantenga hidratada. La edad avanzada de tu mascota, así como algunas enfermedades como la diabetes también afectarán la salud de su piel y podrían causar cambios en su color o textura.

Los cuidados de tu mascota deben de ser constantes; llévalo regularmente al médico veterinario, mantenlo en buena forma con actividad física y aliméntalo con productos Premium o Super Premium para mantener su salud y calidad de vida; su piel sana será una buena señal.

Una mascota sana es una mascota feliz
Por M.V.Z. Miguel Ángel López