Columnas

Cuidados de una gata en celo

El ciclo reproductivo de una gata es un aspecto importante que los dueños deben conocer, especialmente si tienen una mascota sin esterilizar. Cuando una gata entra en celo, presenta cambios significativos en su comportamiento y estado físico. Comprender estos cambios y cómo cuidar a tu gata en celo es fundamental para ayudarla a atravesar este período de manera cómoda y saludable.

Comprendiendo el celo en las gatas

El celo, o estro, es la fase en la que una gata es fértil y receptiva al apareamiento. Este ciclo ocurre generalmente varias veces al año, y cada fase del ciclo puede durar entre 7 y 10 días. Las gatas pueden entrar en celo a partir de los 5 meses de edad, aunque esto puede variar según la raza y otros factores.

Síntomas de una gata en celo:

  1. Vocalización excesiva: Una gata en celo tiende a maullar más de lo habitual, a menudo de manera más aguda y persistente.
  2. Aumento de la actividad: Pueden estar más inquietas y buscar atención constantemente.
  3. Posición de lordosis: Adoptan una postura en la que levantan la parte trasera y bajan la cabeza, lo que es un signo de que están receptivas al apareamiento.
  4. Marcado territorial: Pueden empezar a marcar su territorio con orina, lo que puede causar malestar a los dueños.
  5. Aumento del afecto: Muchas gatas buscan más cariño y contacto físico durante este período.

Cuidados durante el celo

  1. Crear un ambiente seguro: Durante el celo, las gatas pueden intentar escapar en busca de un macho. Asegúrate de que ventanas y puertas estén cerradas para evitar que salga de casa y se exponga a riesgos.
  2. Mantener la higiene: Algunas gatas pueden manchar el área con orina. Es recomendable proteger los muebles y el entorno, y tener a mano productos de limpieza adecuados para eliminar los olores.
  3. Atención y distracción: Proporcionar juguetes interactivos y dedicar tiempo a jugar con tu gata puede ayudar a distraerla y disminuir el estrés que puede experimentar durante el celo.
  4. Considerar la esterilización: Si no planeas criar a tu gata, considera la posibilidad de esterilizarla. La esterilización no solo previene el celo, sino que también reduce el riesgo de enfermedades reproductivas y comportamientos indeseados. Consulta a tu veterinario sobre el mejor momento para realizar este procedimiento.
  5. Consulta al veterinario: Si su comportamiento se vuelve excesivo, o si experimenta problemas de salud relacionados con su ciclo de celo, no dudes en hacer una cita con el veterinario. Ellos pueden ofrecerte consejos y opciones adicionales.

Cuidar de una gata en celo puede ser un reto, pero con la información y las estrategias adecuadas, puedes ayudar a que tu mascota se sienta más cómoda durante este período. Recuerda que el celo es un proceso natural, y aunque puede ser estresante tanto para la gata como para el dueño, tu atención y comprensión marcarán la diferencia.