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Cuidados de la gata en celo

Como mascotas, los gatos son compañeros ideales para el ser humano ya que son silenciosos, limpios y muy independientes. Sin embargo, hay situaciones específicas en que pueden cambiar su conducta y tornarse nerviosos o impacientes; tal es el caso de algunas gatas que entran en su estro o ciclo.

Las gatas en general llegan a la pubertad aproximadamente entre los 6 y 8 meses de edad aunque hay razas más precoces, es decir que presentan más tempranamente el ciclo mientras que otras en general lo presentan hasta al año de edad. Debido a la naturaleza de los gatos, la presentación del celo depende mucho, de su alimentación y nutrición, y de la cantidad de luz que reciben durante el día. En consecuencia, las gatas que viven en climas más cálidos y con más luz presentan más celos que las que viven en climas fríos y obscuros. Los meses en que las gatas comienzan sus ciclos son agosto y septiembre y se prolongan aproximadamente hasta el final de la primavera.

El estro o ciclo comienza con un par de días en que la gata se encuentra ansiosa o nerviosa, en general emitiendo maullidos; presenta un aumento de apetito y no existe ni inflamación ni sangrado de la vulva. Después de esta etapa, la gata presenta mayor nerviosismo, maullidos más fuertes y frecuentes, frota su cuello en diferentes superficies y las piernas de sus dueños y pega el pecho y el vientre al piso, mostrando sus genitales. Puede ser que orine más frecuentemente y pierda el apetito. Durante esta etapa del ciclo, la gata acepta la monta del macho, y su duración es de aproximadamente 10 a 14 días si no tuvo monta o no quedó preñada, y de sólo 4 a 6 días si fue montada y quedo preñada. Posteriormente viene un período de aproximadamente 2 semanas antes de comenzar otro nuevo ciclo.

Como se mencionó previamente, las gatas presentan un período en que se encuentran ansiosas y nerviosas, demandando atención de sus dueños muchas veces en exceso, además los maullidos pueden llegar a ser verdaderamente molestos; finalmente, aunque las gatas, a diferencia de las perras, no sangran durante su ciclo, algunas de ellas presentan la conducta de orinar en muchos lugares. Lo mejor que podemos hacer durante esos días difíciles es pasar más tiempo con ella, jugar y atenderla, al menos eso hará que por algunos momentos se relaje y tranquilice.

La solución más recomendada para evitar estas conductas es la esterilización, una operación muy sencilla y recomendable. Esto hará que disminuya la conducta de orinar en varios lugares así como de maullar y demandar mucha atención. Se dice que las gatas esterilizadas tienen una tendencia a ser obesas, lo cual no sucede en todos los casos. Al final, si la gatita comienza a subir de peso, éste se puede controlar con un alimento Premium o Super Premium, que la mantendrá saludable y en su peso correcto.

Recuerda,

Una mascota sana es una mascota feliz

M.V.Z. Miguel Ángel López Nuñez