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Mi perro odia ir al veterinario – consejos para mejorar esta experiencia

Las visitas al veterinario, las preventivas o de emergencia, siempre son sufrimiento, y sin importa nada, sin importar que tu perrito este pasándola muy mal por culpa de una enfermedad, siempre que va al veterinario se pone muy mal, agresivo, estresado y se la pasa gruñendo o intenta morder al veterinario en vez de permitirle que lo cure y le quite la molestia, si eso sucede, este artículo es para ti.

Las idas al veterinario, sin importar el motivo, pueden ser muy estresantes para el perro, causándoles angustia, estrés y miedo que genera una serie de comportamientos inadecuados y desde que el perro sabe que va a la veterinaria puede empezar a comportarse muy mal, con temblores, miedo o inclusive jalonearse para salir corriendo lejos de ese lugar lo antes posible.

Este tipo de experiencias la viven muchas personas con sus perros, la razón es que la clínica veterinaria adquirió para el perro una connotación de trauma con experiencias dolorosas que solo lo ponen nervioso, pero esto se puede transformar y cambiar una tormentosa visita al veterinario, a una simple rutina de cuidado, pero, ¿cómo se hace?

Si el perro asocia cada visita al veterinario con un proceso difícil o doloroso, es normal que sienta miedo de solo estar cerca; solo imagina como te sentirías tú sí solo vas al doctor a que te realice cosas dolorosas, molestas o invasivas, seguramente tú también tendrías una aversión.

Así que el primer paso para que el perro no se sienta intimidado, angustiado o nervioso en este lugar, es llevándolo de forma regular y periódica simplemente para chequeos, revisiones, desparasitaciones o vacunas.

Si el perro aprende a ir de forma regular, para chequeos en los que únicamente el veterinario lo revisa, poco a poco dejará de asociar la veterinaria con un lugar malo.

Otro tip para evitar el estrés de ir al veterinario, es tomar diferentes rutas para llegar a la veterinaria, así el perro no sabrá con anticipación a dónde va y tampoco se estresará desde antes.

Lo mismo sucede si solo lo llevas en el coche al veterinario, trata de que el perro no pueda adivinar a dónde va, y si puedes darle un paseo antes por otro lugar para que este relajado y llegue cansado, no tendrá energía para estar portándose mal.

Estando en la veterinaria, previo a la consulta, trata que el perro se sienta cómodo y tranquilo, puedes lograrlo dándole premios, hablándole afectuosamente o dándole un buen masaje que lo relaje.

Finalmente, si a tu perrito sigue dándole mucho miedo el veterinario, podrías buscar a un veterinario de tu confianza que pueda ir a verlo a tu hogar, para así evitarle el estrés de estar en la sala de espera de un consultorio veterinario.

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