Alimentación

Por qué no dar alimento crudos a nuestras mascotas

Entre algunos dueños de mascotas existe una nueva tendencia a adquirir y utilizar alimentos crudos en su nutrición. A este tipo de productos se les conoce con el término BARF (en inglés, Biologically Appropriate Raw Food). Una dieta BARF consiste en la utilización principalmente de ingredientes cárnicos, huesos molidos, frutas, verduras y alguna fuente de granos (maíz, trigo o arroz) y en general todo es crudo (salvo los granos que son cocidos). Todos los ingredientes son mezclados y molidos para su fácil administración y manejo; posteriormente son proporcionados y se mantienen regularmente en cadena de frío o incluso en congelación.

Por un lado, la filosofía BARF se basa en que el animal en su estado natural consume a su presa cruda, y por el otro, en que, al utilizar la mayoría de los ingredientes en este estado, estamos perdiendo la menor cantidad de nutrientes, sobre todo vitaminas, que se inactivan al ser cocinados con calor. Al inicio, todo lo anterior suena razonable, pero existe un problema muy serio que hay que tomar en cuenta al usar estas dietas; éste consiste en el manejo de ingredientes cárnicos crudos y el peligro potencial que existe de contaminación con bacterias, tales como la salmonella, que pueden causar problemas gastrointestinales muy severos. La contaminación con estos microorganismos puede ser no sólo en el origen, sino también en cualquier etapa de la transportación, además de que todos estos productos deben de permanecer en un grado estricto de temperatura, ya sea en refrigeración o congelación.

Ofrecer un alimento procesado a nuestros mejores amigos nos garantiza que recibirán una fuente de nutrientes libre de bacterias que puedan ocasionar enfermedades. Adicionalmente, cuando pensemos en la nutrición de nuestros perros y gatos, es muy importante tomar en cuenta la consistencia en la calidad nutricional de las diferentes materias primas, ya nuestras mascotas requieren valores muy específicos de los nutrientes esenciales que necesitan para su correcto funcionamiento, de acuerdo a su edad y a la actividad que realizan. El balance de dichos nutrientes debe ser realizado por nutriólogos especializados, que conozcan a fondo los ingredientes que utilicen y tomen en cuenta no sólo sus valores de proteína, sino de aminoácidos; no sólo de grasa, sino de ácidos grasos esenciales; niveles mínimos y máximos de minerales, así como niveles mínimos de vitaminas, y cantidades adecuadas de fibra dietética soluble y no soluble. Todos esos valores deben ser avalados constantemente por análisis de laboratorios especializados y por pruebas con colonias de mascotas que comprueben el desempeño. Los alimentos procesados de calidad Premium y Super Premium ya sean secos, húmedos o semihúmedos, ofrecen todas estas características y ayudan a promover la salud y calidad de vida de nuestras queridas mascotas.

Por M.V.Z. Miguel Ángel López