Perros

¿Mi perro sabe cuándo estoy triste?

Todos hemos experimentado a lo largo de la vida, las diversas emociones humanas, entre ellas la tristeza, y por alguna extraña razón, todos los que tienen perros en casa, han visto cómo su perro puede ser extremadamente empático cuando experimentan este tipo de emociones, para recibir su ayuda y soporte emocional, pero, ¿qué tan factible es que un perro de soporte emocional?

¿Es posible que un perro pueda saber que su dueño está triste?

De forma certera y científica, aún no se sabe si los perros pueden entender la tristeza de las personas y reaccionar ante ella, pero, lo que sí se sabe de forma empírica y anecdótica es que los perros sí pueden detectar nuestras emociones, a través de nuestra química corporal, las inflexiones de la voz y hasta son capaces de leer y entender los gestos humanos.

Esto nos lleva a deducir que los perros, pueden saber por toda esa información de las personas, que adquieren mediante sus sentidos, nuestras emociones, para reaccionar ante ellas y ser felices cuando nos ven contentos, o, por otro lado, sentirse consternados cuando detectan emociones negativas como tristeza o ira para reaccionar ante nuestras emociones y tratar de darnos consuelo.

Si bien, la ciencia aún no ha podido concluir que los perros detectan la tristeza o son empáticos con nuestras emociones, todos los que tienen un perro en casa, al sentir un momento de pesadumbre, han sido consolados a su forma, por sus perros.

Ese mismo principio de consuelo y soporte se observa en los perros de contingencia emocional, e incluso, perros de terapia, también llegan a desarrollar esa gran empatía cuando detectan emociones como la tristeza o la preocupación.

Finalmente, lo que importa, más allá del reconocimiento o entendimiento que dan los perros a las emociones humanas, finalmente lo más importante es como estas mascotas nos hacen sentir y como nos ayudan para enfrentar esos momentos difíciles y ya sea un niño, un adolescente, un adulto o un anciano, los leales perros y su gran empatía emocional los hacen acudir cuando alguien los necesita, sin importar que sea por tristeza, enojo, frustración o hasta felicidad.

Siempre se puede contar con la pata de un perro, sé gentil compañía, su paciencia y su amabilidad para reconfortar a quien lo necesite.