Los juguetes chillones, no son buena idea
Cuando se habla de hacer felices a mis perros, se me ocurren muchas cosas, desde paseos por la calle, comidas deliciosas hasta por supuesto, la parte más divertida del día y son los juegos, las perseguidas y los juguetes; esa es la razón por la cual paso mucho tiempo en las tiendas de mascotas buscando el juguete perfecto para mis perros, a veces les llevo kongs, otras tantas pelotas, a veces peluches, y cuando quiero que se vuelvan locos de felicidad, llevo juguetes chillones.
Estando en la tienda, me emociona mucho encontrar el juguete chillón perfecto, ya sea un pato, rana, pollo, o lo que sea que la tienda de animales ofrezca, hasta hay hamburguesitas de plástico que, al morderlas el perro, hacen el clásico sonido chillón y cuando eso sucede el perro entra en un frenesí imparable.
Esto puede parecer divertido, porque vemos al perro en un estado de ánimo muy eufórico, pero nunca analizamos que es esa emoción, si es ansiedad y mucho estrés que manifiestan con una fuerte energía o tal vez si sea felicidad.
Pues bueno, esta semana les compré un juguete chillón un tanto diferente de los tradicionales, y me encontré en un supermercado, un juguete chillón en forma de puerquito, que al apretarlo chilla literal como un marranito, y al llegar a casa con este nuevo accesorio, el frenesí se desato y pude ver que el efecto que tienen estos juguetes no es muy positivo, y que más que emoción, los estresa, los angustia y los hace sentirse mal.
En pocas palabras, el puerquito chillón en lugar de hacerlos felices, los estreso, pero, ¿por qué sucede esto?
Bien, lejos de lo que se dice, de que a los perros les parece placentero el sonido, cuando un juguete produce ese chillido, les causa estrés y activa algo en su genética que les recuerda sus tiempos de cacería, cuando cazaban presas y producían ese sonido.
Ahora, puede ser que haya perros que disfruten de este tipo de juguetes, sobre todo si se acostumbraron de pequeños, no obstante la gran mayoría se estresan frente a esta situación.
