Perros

¿Mi perro sabe cuándo se porta mal?

La cara de travieso siempre delata a un perro, es más, hay grabados muchos canes en video demostrando gran arrepentimiento después de esas travesuras, pero, ¿qué tan cierto es eso?, acaso un perro es capaz de entender que acaba de portarse mal, o más bien, solo es el regaño que los hace sentir tristes, ¿qué es?

¿Mi perro sabe cuándo se porta mal?, ¿un perro puede sentir culpa o remordimiento?

Bien, ya sabemos, y comprobado por la ciencia, que los perros sienten muchas emociones como felicidad, amor, celos, e incluso hasta rencor, pero que pasa con otros sentimientos más complejos, como el remordimiento. Acaso cuando se dan cuenta de su travesura, esa mirada de culpabilidad es, ese remordimiento que sienten y la forma en la que piden disculpas, ¿será?

Bueno, la verdad es que NO ES ASÍ, y un estudio realizado en el 2009 por Alexandra Horowitz, llamado Disambiguating the «guilty look»: salient prompts to a familiar dog behaviour es un estudio muy completo que analiza el comportamiento de culpa de los perros.

Pues bueno, la conclusión a la que llego Horowitz es que los perros no sienten culpa, y es más bien el regaño que se les da, el tono de voz con el cual se les habla y el comportamiento que tiene su dueño lo que hace que tengan ese comportamiento, el cual nosotros llamamos culpa, pero más bien, es actitud “no me regañes, por favor”.

Somos nosotros quienes humanizamos a los perros, tanto, que lo hacemos incluso con sus comportamientos para atribuirles de acuerdo a cada contexto una situación o emoción específica y hablando de la culpa, bueno, somos nosotros los que al regañar al perro generamos ese comportamiento, y somos nosotros quienes decidimos que eso es culpa; pero no es porque ellos entiendan de una forma intelectual o emocional la culpa o el remordimiento por portarse mal.

De hecho, solo se sienten tristes por la actitud que tiene su dueño.

Todo esto tiene que ver con complejos razonamientos mentales, en los que interviene la moral para poder diferenciar el bien o el mal que hay en un acto, y como tal, los perros no son capaces de hacer este discernimiento, por lo tanto, no podrían sentir culpa por hacer o no hacer algo.

Además, si a eso le agregamos que el umbral de atención que tiene un perro para asociar una acción con una reacción es, según estiman los etólogos de menos de 5 segundos, ¿qué quiere decir eso?, que la ventana que tienes para regañar a un perro por una acción es de 5 segundos, para que él sea capaz de entender que el regaño está asociado con una acción en específico.

Esto quiere decir que, si el perro no es capaz de asociar algo después de 5 segundos que lo hizo, es imposible que el perro sienta culpa, por algo que ni siquiera recuerda, además, repito, la culpa y el remordimiento están asociados con la capacidad de diferenciar el bien del mal. Tal cosa en el mundo de los perros no existe, ya que son animales de acción y reacción.

Así que, la próxima vez que creas que tu perro es malo por orinarse en tu cama, y que después se arrepintió y sintió culpa, la verdad es que no paso así, y más bien fue el regaño lo que entristeció a tu mascota.