Perros

Algunas maneras de festejar al perro sin raza en su día, aunque no tengas uno

Cada 28 de mayo se festeja el Día Internacional del Perro sin Raza, que es el día en que esos peludos que no tienen pedigrí ni ningún tipo de garantía sobre su linaje son especialmente festejados y recordados. Si bien los perros mestizos son resultado de una cruza interracial, aportan el mismo amor y la misma fidelidad que uno de raza pura.

Este día fue creado con el fin de que la adopción sea la primera opción para las familias que están pensando en integrar un perro a sus vidas, y hacer hincapié en las responsabilidades que eso significa: tiempo (para educarlo, pasearlo), dinero (para alimentarlo, vacunarlo), atención (brindarle comodidad, espacios de libertad y divertimento), servicio médico-veterinario, etc.

Si una vez elaborada esta reflexión se llega a la conclusión de que, por el momento, no se pueden solventar los gastos que implica un nuevo integrante en la familia, existen varias opciones para compartir el amor, tiempo y atención con los peludos, sin tener el mismo nivel de responsabilidad, pero logrando cambios importantes en su bienestar.

Fabiola Rocha, gerente de Comunicación Científica para Royal Canin nos comparte varias formas para recibir cariño y brindarles bienestar a los perros mestizos. Algunas de las más comunes, nos dice la experta, es hacer aportaciones en especie e incluso destinar tiempo para fomentar la adopción.

Desde hace tiempo, en algunos de los parques más concurridos de la CDMX que cuentan con espacios o corrales para que los perros puedan jugar e interactuar con otros perros, se instalan varias asociaciones para promocionar la adopción, o recibir donativos por parte de los visitantes. Lo más increíble es que ahora cualquier persona puede donar su tiempo al convivir con alguno de estos perritos en adopción llevándolos a pasear, o jugando con ellos dentro de los corrales.

Las asociaciones que se dedican a darlos en adopción, a veces no se dan abasto con todos los cuidados y gastos que conllevan los perritos a su cargo; por ello la ayuda de distintas formas es bienvenida. Ya sea desde donando alimento, material de curación y hasta productos para su limpieza. En este sentido, Fabiola Rocha aconseja que antes de aportar cualquier ayuda, el donante se asegure de que el albergue está registrado y que llevan a cabo practicas responsables. Una vez hecho lo anterior, “lo ideal es visitar directamente las instalaciones de la asociación elegida y platicar con ellos cuáles son en realidad sus necesidades. De ese modo, la asistencia que les brinden será más provechosa”, asegura la experta.

Otra forma de apoyar es hacer voluntariado en alguna de estas asociaciones en las cuales se puede ayudar en las campañas de esterilización, fomentando la adopción en los eventos que realicen, o a través de las redes sociales de cada quien; incluso asesorando a los familiares de los propios voluntarios sobre la adopción es una alternativa de actividad igualmente válida. Hay algunas asociaciones que permiten a los voluntarios hacer sesiones de foto con los animalitos que están en adopción. Ese momento resulta idóneo para convivir con ellos, jugar y darles un poco de cariño y hasta premios.

Otra opción viable es el “apadrinar” a un perrito. Mediante este recurso, algunas asociaciones comparten con el padrino o madrina anécdotas de su perrito apadrinado, permiten visitarlo en las instalaciones; y, en algunos casos, hasta brindar albergue temporal en casa hasta lograr encontrarle un hogar estable.

Existen varias formas de ayudar a todos aquellos perros que no cuentan con un hogar y que, en su mayoría, son perros sin raza. Fabiola Rocha remarca la importancia de compartir el mensaje de que todos los perros son iguales, valiosos y amorosos, sin importar su raza.

Al final, el amor que otorga un perro se debe a la relación que se desarrolle con él, no debido a su raza. Las características físicas se vuelven menos importantes frente a su carácter natural. En este Día Internacional del Perro sin Raza, hagamos conciencia sobre los estigmas que le hemos impuesto a los perros mestizos, pues casi ninguno se sostiene en verdad.