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Enfermedades zoonóticas: por qué tu lomito podría convertirse en un riesgo para tu salud

La conexión que tenemos con los animales es innegable. Pasamos mucho tiempo con nuestras mascotas y solemos convivir con otros animales directa o indirectamente, pero muchas cosas se pasan por alto, entre ellas, ignorar que pueden transmitirnos enfermedades graves, conocidas como enfermedades zoonóticas o zoonosis.

Nuestro ecosistema se compone por personas, animales y medio ambiente, y su bienestar depende de su sana interrelación. Por esta razón, la iniciativa global One Health o Una Salud, a la cual se han sumado actores como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), ha puesto en marcha diversos programas, políticas y leyes que protejan esta relación.

En el marco del Día One Health, conmemorado cada 3 de noviembre, la MVZ. Emilia Tobías, Gerente Técnico de Boehringer Ingelheim Salud Animal, habló de la importancia de este día para reconocer que la conexión que tenemos con los animales va más allá del lazo afectivo

“Somos responsables de la salud de nuestras mascotas y al mismo tiempo, al cuidar de su salud y bienestar, cuidamos de nosotros mismos y de nuestra comunidad. Los animales son un medio por el cual las personas pueden adquirir enfermedades, pero es muy importante entender que los animales por sí solos no son el peligro pues ellos, a su vez, adquieren dichas enfermedades en condiciones especiales, y muchas de ellas pueden prevenirse o tratarse. De ahí la importancia de hablar con un veterinario sobre las enfermedades zoonóticas, que son aquellas que se transmiten de animales a humanos.”

¿Cómo se transmiten?

Los animales pueden transportar gérmenes peligrosos. Algo tan pequeño como una garrapata es capaz de transmitir enfermedades tanto a los animales como a las personas y, por más que no parezca, el riesgo es muy grande. De acuerdo con la OMSA, el 60% de las enfermedades humanas transmisibles son zoonóticas.[1] Las maneras en las que se puede dar un contagio son:

●    Por contacto directo: La manera más obvia es el tocar, ser mordido o arañado por un animal infectado. El entrar en contacto con su saliva, sangre, orina, heces u otros fluidos corporales representa un riesgo elevado. También puede darse por medio de la picadura de una garrapata o un insecto como un mosquito o una pulga que transmite alguna enfermedad.

●    Por contacto indirecto: El no prestar atención y mantener la limpieza de los lugares en donde se encuentran los animales, también puede representar un peligro. Los lugares en donde han estado, superficies contaminadas con gérmenes, plantas, la tierra, platos de comida y agua de las mascotas, son cosas a las que se debe prestar atención.

●    Por ingesta o inhalación: El consumo de alimentos o agua contaminada puede enfermar a humanos y mascotas por igual. Las heces de un animal infectado que llegan a contaminar lo que consumimos, además del hecho de respirar cerca de las mismas, implica riesgos a la salud.[2]        

Tanto perros como gatos están constantemente expuestos 

Debido a que no siempre es posible identificar los agentes infecciosos con los que entran en contacto, es esencial que exista un plan. Incluso perros y gatos domésticos pueden ser portadores de parásitos y otros agentes infecciosos. 

Por esta razón, la MVZ. recalcó que “el cuidado de nuestras mascotas mediante el cumplimiento de un calendario de vacunación y desparasitación es una de las mejores formas de protegerlas y, con ello, prevenir que nos contagien y propaguen enfermedades.”

La clave está en la prevención

La higiene es importante. Es necesario lavarse las manos después de tocar animales y haber estado alrededor de ellos, pues los gérmenes pueden propagarse fácilmente. También se recomienda estar alerta de insectos para prevenir picaduras y evitar el contacto con heces de animales.

Dos de las zoonosis más conocidas, la rabia y la leptospirosis, pueden ser prevenidas por medio de vacunas para atacar los virus y bacterias responsables de su existencia. La médico veterinario también recomienda el uso de parasiticidas que eliminan parásitos internos y externos, como pulgas y garrapatas.

El riesgo se incrementa ya que estos agentes usualmente se adaptan a los diferentes climas, razón por la cual las iniciativas para cuidado medioambiental cada vez cobran mayor relevancia.

Boehringer Ingelheim refuerza su compromiso a través de su estrategia global, Sustainable Development for Generations, con la que contribuye a co-crear un mundo sostenible y un futuro más saludable.

“Se trata de un grupo de iniciativas que buscan aumentar significativamente su impacto en la salud, la sociedad y el planeta”, explicó Tobías. “Estamos comprometidos con el concepto de One Health y nuestro enfoque está en reforzar el acceso a la salud humana y la salud animal, de tal modo que, cuando se produzcan brotes, podamos contar rápidamente con vacunas potentes y asesorar sobre cómo hacer frente a situaciones que tengan el potencial de convertirse en epidemia», concluyó.

[1] OMSA – Organización Mundial de Sanidad Animal. Una Sola Salud (2022). Disponible en: https://www.woah.org/es/que-hacemos/iniciativas-mundiales/una-sola-salud/

[2] Centers for Disease Control and Prevention. (2021). Zoonotic Diseases. Disponible en: https://www.cdc.gov/onehealth/basics/zoonotic-diseases.html