Le hacen algo a mi perro y entro en modo John Wick
Cuando se trata de nuestros perros, el instinto protector y el amor que les tenemos puede llevarnos a hacernos sentir como verdaderos héroes de acción. En el momento en que le hacen algo a mi perro, ya sea que alguien le haga caras o le hable de forma desagradable, no puedo evitar que algo cambie dentro de mí y me convierta en la versión canina de John Wick. Esa mezcla de humor y determinación se activa, y aquí es donde comienza la aventura.
La situación inesperada
Imagina que estás disfrutando de una tranquila tarde en el parque con tu perro. Él está feliz, corre detrás de una pelota y juega con otros caninos. De repente, alguien pasa y decide hacerle una cara extraña o, peor aún, hablarle de manera grosera. En ese instante, el ambiente cambia radicalmente. Le hacen algo a mi perro, y la frustración comienza a burbujear.
Como si de una película de acción se tratara, mi mirada se vuelve intensa y el corazón late más rápido. Ese simple gesto, que podría parecer inofensivo, activa un modo de defensa que ni siquiera sabía que tenía. Un cambio radical en mi comportamiento, como si estuviera a punto de enfrentarte a los villanos de la trama.
La actitud protectora
Al ver que le hacen algo a mi perro, ya sea que le arruguen la cara o le hablen de manera poco amable, una chispa se enciende en mí. Te conviertes en el guardián de su felicidad. Aquí es donde tus amigos o familiares pueden mirar con sorpresa cuando, con un ligero movimiento de tu cuerpo, te posicionas entre tu perro y la persona que interrumpe su alegría.
En este estado de alerta, comienzas a hablar, probablemente con un tono más firme de lo habitual:
- “Oye, amigo, no hables así. ¡Él solo quiere jugar!”
- O tal vez, “Mira, lo que le estás haciendo no es justo. Los perros merecen respeto.”
El humor en la defensa
Mientras mantienes tu postura heroica, no puedes evitar que una sonrisa aparezca en tu rostro. La imagen de un protector al estilo John Wick, con un perro feliz a su lado, es simplemente divertida. Es posible que incluso bromees con la situación más tarde, contando a tus amigos cómo entraste en modo “perro defensor” y cómo te imaginaste luchando contra todo un grupo de villanos con tal sólo una mirada.
Crear conciencia
Es momento de reflexionar. No solo estamos tratando de proteger a nuestro perro, sino también de educar a los demás sobre la forma en que se deben tratar a los animales. Muchas personas no entienden que le hacen algo a mi perro, ya sea con gestos o palabras, afecta su confianza y bienestar. Por tanto, es esencial ser un portavoz de los derechos de los animales y explicar la importancia de interactuar de una manera amable y respetuosa.
Regresando a la calma
Una vez que la situación se resuelve y aterrice en la risa, te das cuenta de que habías entrado en una especie de caos por amor a tu mascota. Le hacen algo a mi perro, pero ahora todo está bien y él está feliz. Esto resalta la profunda conexión que tenemos con nuestros amigos peludos. Cada vez que aparece una situación como esta, es un recordatorio de que defender a quienes amamos es parte de ser un buen dueño.
Por lo tanto, aunque entrar en modo John Wick por la protección de tu perro puede parecer exagerado, es un acto de amor y cuidado. Al final del día, estas experiencias nos unen más a nuestros compañeros, y cada momento, ya sea divertido o serio, contribuye a una historia compartida llena de amor y aventuras. La próxima vez que le hagan algo a mi perro, tendrás la oportunidad de demostrar no solo tu valentía, sino también lo importante que es ser un defensores de su bienestar. ¡Eso merece una palmadita en la espalda!