Perros

¿Un perro puede oler las emociones?

Si hay un sentido en los perros que tiene fama de ser extraordinario, es el sentido del olfato, y decir eso probablemente se queda corto, ya que su nariz es tan poderosa que podría captar un solo aroma a kilómetros de distancia, y esto lo logra porque cuenta con casi 300 millones de receptores olfativos; esto quiere decir su capacidad olfativa es 40 veces más potente que la nuestra, y su nariz es un órgano tan desarrollado que podrían separar un olor del aire para analizarlo.

Así que, con una nariz tan poderosa, era lógico que nosotros los humanos entrenáramos, a los perros, para buscar ciertos aromas como bombas, narcóticos y actualmente enfermedades como cáncer, diabetes e inclusive se empiezan a entrenar perros para detectar coronavirus.

Definitivamente los perros son seres magníficos capaces de oler muchas cosas, pero, ¿acaso podrán oler nuestras emociones?, después de todo, hay un dicho muy popular acerca de los perros, que ellos son capaces de oler el miedo, pero que tan cierto es, y otra cuestión interesante, ¿podrán oler otras emociones?

Hablando de como los perros son capaces de entendernos y percibir nuestro mundo, hay muchas cosas que ellos si entienden, y las emociones son una de ellas, ya que, con ver nuestra cara, escuchar nuestra voz o ver nuestro lenguaje corporal ellos detectan emociones básicas como ira, tristeza o felicidad, pero entendernos va mucho más allá que solo mirarnos, ya que el perro aprende la configuración emocional y todo lo que de ella se desprende.

¿Qué quiere decir?

Cuando estamos tristes tenemos cierto tono de voz, ciertos gestos, cierto comportamiento corporal y cierto aroma, esto sucede porque nuestra química sanguínea se configura de una forma específica debido a las hormonas que nuestro cuerpo segrega en ese momento, y el perro aprende a identificar y relacionar esos aromas con ese estado emocional, y si bien, el perro no sabe que se denomina tristeza, si sabe y bien, que nos sentimos tristes.

Esto lo saben con solo vernos o escucharnos, pero, al ser el olfato su sistema más poderoso, nuestro perro sabe con oler nuestro sudor como nos sentimos, incluso estando en otra habitación o cuando vamos llegando de la calle.

De hecho, los científicos que analizan la conducta canina en su entorno familiar han descubierto que los perros huelen el estrés, la ansiedad, la felicidad, incluso el miedo, y no es porque oler las emociones humanas sea una súper habilidad canina, ya que, más bien son capaces de detectar las hormonas específicas que segrega nuestro cuerpo y con la practica aprenden a relacionarlas con un estado emocional.

Por ello, cuando tu perro detecta ese aroma y luego confirma viéndote que te sientes triste, corre a tu lado para confortarte. Lo mismo pasa con la alegría, sabe cuándo estás enojado, y entiende que en ese momento es mejor mantenerse al margen.